En la conferencia, el académico presentó nuevos hallazgos sobre la enfermedad, incluyendo las altas tasas de infección en roedores y su importancia para la salud pública.
El Prodecano de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Austral de Chile (UACh) y director del proyecto EPIwild, Dr. Gerardo Acosta, fue invitado a participar en la 4ª Conferencia sobre Rickettsias de Asia y el Pacífico (APRC4), realizada en Malasia entre el 29 de septiembre y el 1 de octubre. En la ocasión, dictó una plenaria sobre la ecología de los ácaros y la infección por Orientia en roedores silvestres del sur de Chile, destacando los avances científicos obtenidos por su equipo en los últimos años.
La presentación del Dr. Acosta despertó gran interés entre los asistentes y fue valorada positivamente por el comité organizador del congreso. Según señaló el académico: “Para ellos es muy raro y muy nuevo todo lo que nosotros presentamos cada vez que se realizan estas conferencias, que ocurren cada dos años”.
El tifus de los matorrales, enfermedad que cada año afecta a alrededor de un millón de personas en el mundo, se consideraba hasta hace poco restringida exclusivamente a la región de Asia-Pacífico. No obstante, un equipo de investigadores de la UACh, en colaboración con la Universidad Católica y la Universidad del Desarrollo, confirmó su presencia en el sur de Chile, marcando un cambio de paradigma en la comprensión global de la enfermedad y posicionando al país como un nuevo punto de interés científico.
En Chile, la enfermedad se presenta en zonas de vegetación nativa del sur, desde el Alto Biobío hasta la isla Navarino, con la mayoría de los casos registrados en la región de Los Lagos, especialmente en Chiloé. Se transmite mediante diminutos ácaros que parasitan a los roedores silvestres y, en algunos casos, también a las personas.
En el marco del Proyecto Anillo ATE220062, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), los estudios del equipo EPIwild han demostrado que la fragmentación del bosque nativo influye en la presencia de bacterias en los ácaros que parasitan a los roedores. Las investigaciones también revelaron que algunas especies de ácaros buscan activamente picar a los humanos, y que el riesgo varía según la zona.
Uno de los hallazgos más relevantes se registró en Chiloé, donde casi 9 de cada 10 roedores (89,4%) estaban infestados con ácaros, y en algunas especies se detectaron tasas de infección de hasta un 31%, confirmando su rol como vectores de la enfermedad. Estos resultados muestran la magnitud del ciclo de transmisión en la naturaleza y la importancia de continuar investigando.
El Dr. Acosta subrayó que estudiar esta enfermedad es fundamental para la salud pública, ya que comprender sus mecanismos de transmisión permite diseñar estrategias de prevención y protección para las comunidades. Por ello, el equipo ha desarrollado extensos muestreos en distintas regiones del país, capturando roedores y analizando ácaros para anticiparse al avance de la enfermedad y generar evidencia para las autoridades sanitarias.
Finalmente, el investigador destacó que la fragmentación de los bosques nativos, la destrucción de hábitats y el aumento de las temperaturas influyen directamente en el desarrollo de los ácaros vectores, aumentando el riesgo de contagio en las comunidades del sur de Chile. Estos hallazgos también subrayan la labor del equipo EPIwild, consolidando a la UACh como un referente internacional en el estudio y vigilancia de esta enfermedad.